Ruta literaria por los escenarios de Jane Austen

Jane Austen
Greta libros con Garbo monograma G

Viajamos hasta Reino Unido con una guía de excepción, la escritora y traductora Dolores Payás. Gran conocedora de la literatura de Austen y de los escenarios en los que transcurrió su vida (además de ser una virtuosa del lenguaje y la narración), Payás nos propone un recorrido muy inspirador por los destinos que marcaron la biografía de la autora inglesa, de Hampshire a Bath con última parada en Winchester.

“What dreadful hot weather we have, it keeps one in a continual state of inelegance”

(Verano de 1796, carta de Jane a su hermana Cassandra)

Buena frase para iniciar este pequeño paseo. Consuela saber que no somos las únicas en sobrevivir achicharradas. Jane Austen, que jamás desdeñó aplicar su ingenio a lo que hoy llamaríamos “marujeo”, definió con mucha gracia uno de los daños colaterales del calor. Así es. No hay quien conserve la elegancia en tiempos de sudor, agobio y sofocos. Y esto me lleva a la siguiente reflexión. En general se tiende a ver a Austen como a una gran novelista romántica cuando en realidad fue una humorista estupenda que describió y satirizó la sociedad de su época. Desde luego, una personalidad más pragmática y maliciosa que sentimental. A los hechos me remito: todas sus heroínas se casan con hombres poseedores de grandes fortunas.

La coreografía social de sus novelas es deliciosa, desde luego, pero bajo el encanto de giros y revoloteos de faldas fluye una narrativa oculta cuyo eje central es la precariedad y dependencia económica de sus heroínas (solo Emma se salva). Recordemos el puñado de novelas que nos ha dejado la escritora y descubriremos una situación recurrente: la pérdida del hogar. En Persuasion y Sense and Sensibility, las protagonistas deben abandonar el suyo al inicio de la historia. Las hermanas Bennett, de Pride and Prejudice, saben que tendrán que hacer lo mismo en cuanto muera su padre. Fanny Price, de Mansfield Park, se ha visto forzada a convertirse en una refugiada -habitante de segunda categoría- en casa de unos familiares acaudalados. El tema es obsesivo y hay razones para ello, Jane conocía la situación de primera mano.

Los Austen no eran ricos. Sin embargo, tenían parientes sin hijos que sí lo eran y esperaban heredar por vía indirecta. Heredaron, y en más de una ocasión, pero todos los legados fueron a parar a manos de los hijos varones. De tal modo que al morir el pater familias, la viuda y sus dos hijas -Jane y Cassandra- quedaron enteramente a merced de unos hermanos que gozaban de una posición social y económica mucho más encumbrada que la suya. Ellos determinaron cuál, o cuáles, iban a ser sus hogares, cómo, dónde, con qué medios iban a vivir.  Fue una dependencia que no trajo estabilidad, a lo largo de los años se dieron multitud de conflictos y vaivenes económicos, angustia e incertidumbre.

DE HAMPSHIRE A BATH

Salvo algún paréntesis ocasional, la biografía de Jane está ligada a Hampshire. Este condado inglés, situado al suroeste de Londres, parece muy adecuado a su voz literaria. Lo conforma un paisaje suave y amable, de belleza elegante, casi discreta, bendecido con tenues nieblas matutinas y ondulaciones sin grandes rupturas. Nos encontramos muy lejos de los escenarios intensos y melodramáticos de las Brönté. Cuando una pasea por los Moors del Yorkshire, entiende que de semejantes páramos -oscuros, azotados por el viento- naciera un artefacto literario como Wuthering Heights. Aquí, en cambio, en este proscenio amable y delicado, semejantes pasiones y turbulencias no serían coherentes. El espíritu de Jane, autora por excelencia de esta tierra, estaba predestinado a ser ligero, irónico, sutil.

Jane Austen St. Nicholas

Nuestra autora nació el 16 de diciembre de 1775 en la rectoría de Steventon. En ella creció y vivió durante veinticinco años, y entre sus muros escribió tres de sus novelas, incluida la primera versión de Pride and Prejudice. La rectoría ya no existe, pero una caminata por los campos que llevan del centro del pueblo hasta la iglesia de St Nicholas, donde predicaba el reverendo Austen, nos permite ensoñar tanto como nos apetezca. El pueblo sigue teniendo un aire remoto y apacible, el paisaje y los bosques permanecen inmutables, la iglesia es la misma. Las fechas inscritas en las lápidas del cementerio y la edad del venerable tejo que lo sombrea certifican que seguimos en territorios austenitas. Por aquí divagaron Jane y Cassandra, de niñas y adolescentes, de jovencitas casaderas.

En 1801 George Austen empaquetó enseres, cerró la puerta de la rectoría y trasladó a toda la familia al lugar que se convertiría en escenario de Northanger Abbey y, muy en especial, de Persuasión, última novela completada de Jane y sin duda la más sofisticada, en discurso y en estilo. Bath, antigua plaza termal en el condado de Somerset, es hoy un bullidero turístico insufrible. No obstante, una incursión en días laborales fuera de temporada asegura suficientes gratificaciones. La ciudad, a orillas del río Avon, sigue siendo maravillosa. Su arquitectura -del siglo XVIII-, espléndida, y los antiguos baños, una belleza. En tiempos de Jane fue punto de encuentro de la alta sociedad y sus innumerables edificios patricios dan buena fe de ello. Una visita a la Grand Pump Room y a la Bath Assembly Room es de rigor. En estas estancias se exhibían las muchachas casaderas, eran el coto de caza donde se comía, bailaba y flirteaba. Aquí acudía a diario la buena sociedad de la Regencia. Cuestión de chismorrear, de ver al prójimo y, sobre todo, de dejarse ver por el prójimo.

Jane Austen Bath

UN ‘COTTAGE’ COMO REFUGIO

Tras el deceso del reverendo Austen (1809), se sucedieron cuatro años de zozobra en los que las «chicas» Austen -así se las denominaba, iban en paquete- fueron transportadas de un lugar a otro, viviendo en residencias alquiladas, o pasando temporadas más o menos largas como visitantes en casa de diversos familiares. Tiempos presididos por la inseguridad, el temor a la desposesión. Por fin Edward, uno de los hermanos, decidió adjudicarles un cottage sencillo ubicado en los lindes de Chawton Hall, mansión que él había heredado y en la que vivía con su familia.  Y así fue como Jane regresó a Hampshire, no lejos del lugar donde había nacido, y esta vez para quedarse.

El cottage se convirtió en refugio y hogar definitivo de las mujeres Austen, una pequeña comunidad femenina con rutinas bien establecidas. Lo primero que hacía Jane al levantarse era sentarse al piano, tras la práctica musical seguían el desayuno y los quehaceres domésticos. La vida no era fácil ni muy confortable, pero las tareas se repartían y la familia contaba con la ayuda de un par de sirvientas. Sabemos que Jane estaba a cargo del vino, el azúcar y el té (considerado como un lujo intoxicante, casi una droga), los tres productos se conservaban bajo llave. Una responsabilidad bastante placentera, pues en más de una carta habla de ciertos excesos báquicos seguidos por resacas matutinas (bendita seas, Jane). Por supuesto, también estaban las ineludibles e interminables sesiones de costura, y en la casa aún subsisten piezas de patchwork para testificarlo. Por la tarde, paseo hasta el pueblo –Alton– apenas un kilómetro y medio, andando, desde luego, pues no disponían de carruaje ni caballos. Compras, si es que había que hacer alguna, visitas a vecinos y comadreos vigorosos. Vuelta a casa, a menudo bajo la luz de la luna.

Jane Austen

Lo que explicamos aquí no evoca el transcurrir diario de una gran novelista, pero éste es, precisamente, uno de los grandes misterios que rodean a Jane Austen. Nadie la vio, jamás, dedicada a su trabajo de escritora. Nadie, salvo Cassandra. Las dos hermanas afrontaron la existencia en equipo, juntas siempre, de día y de noche (compartían dormitorio).  Se adoraban, más allá de su relación fraternal, y pocos autores han tenido mejor guardia pretoriana que Jane. Cassandra, mayor que ella, era quien la protegía y liberaba de tareas domésticas demasiado pesadas. Creía en su genio como escritora, le daba aliento, leía todas sus obras. Jane se refería a su tándem como Us, the formidables. Sólo Cassandra llegó a conocer sus intimidades, su personalidad real. Un secreto que salvaguardó con lealtad feroz, inquebrantable. Tras la muerte de Jane, quemó prácticamente toda la correspondencia entre ellas.

WINCHESTER, ÚLTIMA PARADA

Chawton Cottage se ha convertido en la casa museo de Jane Austen, y Chawton House -la mansión vecina, propiedad de su hermano- alberga una importante biblioteca dedicada solo a escritoras. Ambos lugares están abiertos al público. Son la Meca de cualquier austenita que se precie de serlo.

El cottage emociona por su sencillez. En él no hay una sola habitación grandiosa, ni una sola pieza de mobiliario despampanante. Todo es simple, familiar, austero. Deambulando por los suelos irregulares de sus varias habitaciones -todas pequeñas, alguna, minúscula-, una se hace una idea bastante precisa de cómo vivieron las «chicas» Austen. Apretadas, desde luego, sin privacidad ni grandes comodidades. En el salón se exhibe la mesa donde Jane solía escribir, jamás se ha visto un escritorio menos grandilocuente o aparatoso, su superficie apenas puede dar cabida a dos cuartillas de papel. Es un mueble conmovedor. 

Jane Austen

En 1817 Jane y Casandra se trasladaron a Winchester, capital del condado, y alquilaron un piso en College Street. Jane llevaba un tiempo sufriendo fuertes dolores, en la ciudad había un hospital, médicos, cuidados que no podía recibir en Chawton. Ninguno sirvió, sus días estaban contados. Ya no regresaría al hogar.

Murió a las cuatro y media de la madrugada del 18 de julio de aquel mismo año. Tenía solo 41 años. No está claro qué enfermedad padecía, existen algunas hipótesis, aunque ninguna confirmada. La última teoría apunta a un envenenamiento -involuntario- por arsénico. Muchos medicamentos de la época contenían altas dosis de este veneno, por lo que cualquier enfermedad leve pero un poco persistente podía fácilmente devenir mortal.

Una placa en la fachada del edificio conmemora el lugar de su deceso. Tres puertas más allá hay una vieja librería encantadora. Es imperativo entrar en ella, detenerse frente a las estanterías dedicadas a Jane Austen y rendir un homenaje cariñoso a la escritora que nos ha regalado tantas horas placenteras de lectura. Saliendo de la librería podemos acercarnos hasta la catedral de Winchester, depositar una flor silvestre, o soplar un beso, sobre su tumba, y después vagabundear un rato por el templo, no le faltan méritos propios ni hermosura. Tras estas visitas necesitaremos un poco de detox -muchas emociones-, y lo mejor será encaminar nuestros pasos hasta el viejo pub, The Wykeham Arms. Allí pediremos una copa de vino (o dos) y brindaremos a la salud de nuestra amada Jane. Con alegría, y con la seguridad que ella se hubiera sumado, muy gustosa, al brindis.

Jane Austen

She was the sun of my life, the gilder of every pleasure, the soother of every sorrow, I had not a thought concealed from her, it is as if I had lost a part of myself.

(Verano de 1817, carta de Cassandra a su sobrina Fanny)

GUÍA DE VIAJE

CÓMO LLEGAR

El mejor aeropuerto de llegada es Gatwick. Para visitar la zona resulta imprescindible alquilar un coche, en el mismo Gatwick hay muchas opciones. 

DÓNDE DORMIR

Los amantes de las viejas maderas y lo eternamente British estarán en su salsa en The Wykeham Arms, en Winchester. El pub alquila habitaciones y tiene mucha solera. Precio medio.

Para los amantes de lo viejo, pero reformado en plan chic, The Hartley Wine Estate ofrece diversas alternativas de alojamientos a varios precios, ninguno demasiado barato.

Quienes viajen con presupuesto ajustado pueden alojarse en el Travelodge de Alton, pueblo vecino a Chawton. Esta cadena hotelera ofrece habitaciones muy correctas a precios tolerables para bolsillos no ingleses.


Dolores Payás es guionista, realizadora, traductora y novelista. Su última novela, ‘Ultimate Love’ (2023), ha sido publicada por la editorial Círculo de Tiza. Si te interesa saber más sobre ella, puedes leer la entrevista que le concedió a Greta Libros con Garbo.

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2 comentarios en “Ruta literaria por los escenarios de Jane Austen”

    1. Greta Libros con Garbo

      ¡Saludos garbosos! Para poder leer nuestro contenido puedes navegar libremente por el blog pero el inicio de sesión es solo para nuestras suscriptoras. ¡Gracias por tu interés y por pasarte por aquí!

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