Vest: moda versátil, española y con telas de alta costura

Entrevista
PATRICIA OSUNA
abril 12, 2024

Produce ediciones limitadas de cada modelo, confecciona sus prendas en España, utiliza telas de alta costura, su producto estrella es una chaqueta llamada Charlotte -por la Brontë- y, por si todo esto fuera poco, acaba de lanzar una gabardina que ha bautizado con el nombre de Greta. ¿Cómo no íbamos a enamorarnos de Vest Brand y de la historia de María Gutiérrez, su fundadora?

Cuando terminó el colegio no sabía muy bien qué quería estudiar. Se decantó por magisterio infantil «porque me encantan los niños» pero en su cabeza siempre rondaba la idea de montar un proyecto propio. Ha trabajado como profesora, en marcas de moda y hasta hace muy poco para Laconicum, uno de los comercios de cosmética online pioneros en nuestro país. Nos referimos a María Gutiérrez (Madrid, 1993), artífice de la marca de ropa sostenible Vest Brand.

«De pequeña me encantaba jugar a tiendas con mis hermanos. Hubo una época que a mi amiga Paloma y a mi nos dio por comprar camisetas para decorarlas y venderlas, las dos teníamos siempre ganas de crear y hacer cosas». Pero ese sueño de infancia no se materializó hasta que llegó la pandemia en 2019, ese punto de inflexión para tantas personas. «Jota (mi marido) y yo fuimos muy afortunados ya que pasamos la cuarentena en una casita que tienen mis suegros en Ávila». Para afrontar el confinamiento María se llevó un peto vaquero, un jersey, unas camisetas blancas y un pantalón «pensando que aquello duraría un par de semanas».

Al mes estaba aburrida de esa ropa y se acordó de un chaleco «que me había hecho mi madre cuando yo tenía como 15 años. De una tela con unos colores preciosísimos, me habría encantado tenerlo ahí conmigo porque pensaba que me habría alegrado esos looks de vaquero y camiseta blanca». Y es ahí cuando empezó a pensar, a darle vueltas a una idea y a buscar inspiración.

«Fue mi entretenimiento durante la cuarentena. Empecé haciendo chalecos por encargo. Tenía dos patrones, Iron y Cooper, ambos reversibles y muchos tejidos. Las clientas -al principio amigas y familia- elegían dos tejidos y el patrón que les gustaba. Yo cortaba los chalecos y los cosían en un taller de Madrid. Al tiempo me di cuenta que hacerlo de esa forma no tenía mucho futuro y decidí embarcarme en producciones pequeñitas».

En enero de 2023 María decide intentarlo en serio, lanza Vest Brand y un año después siente «que tengo que intentarlo al 100% y dejo mi trabajo para volcarme de lleno en el proyecto».

PREGUNTA. ¿Qué le dirías a otras emprendedoras como tú?
RESPUESTA. Les diría es que si tienen ahí la espinita, hay que intentarlo. Porque si las cosas no se intentan nunca vas a saber si era o no lo tuyo. Yo sentía que no encontraba mi sitio profesionalmente hablando y, aunque Vest todavía es muy pequeñito y estoy empezando, soy feliz y me siento realizada. Siempre digo que ahora mismo me da igual qué día de la semana sea, soy feliz un lunes lo mismo que un sábado. Y eso es un regalo. Salga bien o no, siempre vas a aprender cosas, la experiencia te va a hacer crecer y no te vas a quedar con las dudas de “y si…”

Es verdad que yo he sido muy afortunada y he tenido desde el principio el apoyo de toda la gente que me rodea. Si no hubiese sido así, probablemente no estaría en este punto. Aprovecho y desde aquí doy infinitas gracias a todo el mundo que me ha apoyado desde el primer minuto y ha confiado en mi proyecto. A mi marido, mis padres, Meri, mis hermanos, amigas… Cada uno creemos en nuestro proyecto pero también hay veces que dudas y, sin esos ánimos, al menos para mí, sería imposible.

P-. En un sector tan competitivo como el de la moda y el diseño, ¿qué hace a Vest diferente?
R-.Es verdad que es un sector muy competitivo y en el que cada día hay más marcas, pero tenemos la suerte de poder llegar a mucha gente a través de las redes sociales y a esa gente le gusta la cercanía. Aprecian el producto pero también les gusta conocer lo que hay detrás de él, saber cómo es el proceso de creación de esa prenda, quién está detrás haciéndolo posible, le gusta el estilo con el que se enseñe la prenda… A mí me han gustado siempre las cosas especiales, diferentes. Lo mejor de mi armario son prendas que me ha confeccionado mi madre y son únicas o que me he podido quedar de los armarios de mis abuelas. Y yo quería hacer eso, prendas especiales, únicas y de calidad. Que queden en los armarios para futuras generaciones.

TEJIDOS DE ALTA COSTURA

Otro de los factores que hace tan especial el catálogo de Vest son los tejidos de gran calidad. «Muchas veces son de marcas de alta costura, lo que nos permite hacer ediciones limitadas. Contamos con un patronista y unos talleres que juntos somos un gran equipo y conseguimos unas prendas con unos diseños especiales, versátiles y una calidad excepcional», explica María.

P-. ¿Qué acogida tienen tus colecciones entre la clientela?
R-. Esa es la mejor parte. Al final el vender online tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Para mí, uno de los principales inconvenientes es que la clienta no puede tocar, probarse y ver la prenda con detalle… La parte buena es que cuando a esa clienta le llega su prenda le gusta mucho más de lo que pensaba y el feedback que recibo es: “Estoy feliz con mi Charlotte, tiene una calidad increíble y es mucho más bonita que en la foto”. O “Sienta fenomenal y la tela es preciosa”, “Está genial hecha”… Escuchar palabras bonitas de algo que has hecho tú es muy emocionante. Cuando estoy en un market y pasa la gente y dice cosas bonitas de tus prendas es genial.

P-. ¿En España sabemos valorar la moda consciente y sostenible?
R-. Cada vez se valora más pero queda pedagogía por hacer. Hay todavía mucha gente que quiere cuanto más mejor y prefiere tener cinco prendas que te duran un año que una buena que le vaya a durar toda la vida. También muchas veces siento que tengo que justificar los precios de mis prendas (entre 55€ y 355€) porque la gente no es consciente ni sabe lo que cuesta producir en España poca cantidad. Es verdad que cuando hablo con alguien y le cuento el proceso, la gente que hay implicada, las horas de trabajo y todo, lo entienden y deja de parecerles caro.

P-. ¿Cuál es tu inspiración a la hora de diseñar una nueva prenda?
R-. Pues a veces es algo que yo echo en falta y no encuentro, otras veces es una prenda antigua que tengo de alguna de mis abuelas y que cada vez que me pongo alguien me pregunta. Y muchas veces veo prendas por la calle, en películas, series, revistas… que me gustan y haciendo remix consigo plasmar lo que tengo en la cabeza. Ahí es donde tengo suerte de que Miguel (el patronista) entienda siempre lo que quiero porque yo no soy diseñadora y el dibujo que le puedo dar es de aquella manera.

P-. ¿Cómo es la mujer Vest? ¿Tienes un público objetivo definido?
R-. La mujer Vest valora el diseño y la calidad. Muchas veces es alguien que ya está en la rueda de esa compra más consciente y otras veces entran en la rueda con Vest y eso me hace mucha ilusión. Diría que prefiere pagar un poco más por algo original, que no vaya a tener todo el mundo, de calidad y hecho en España.

P-. Uno de los valores añadidos de Vest son las ediciones limitadas. ¿Cuántas prendas confeccionáis de cada modelo? ¿Cómo es el proceso -y el reto- de trabajar con pocas unidades?
R-. Como decía, trabajamos con deadstock, restos de tejidos de otras marcas como pueden ser Loewe, Liberty… Yo voy y lo que veo bueno y que me gusta, me lo llevo. Muchas veces sin todavía saber para qué prenda, pero siempre son muy poquitos metros. De las chaquetas Charlotte, por ejemplo, el máximo que hemos hecho son 10 unidades por tejido. Hay de algunas que hemos sacado cuatro, de otras solo una… Y van numeradas.

Trabajar con pocas unidades es un gran reto, para qué nos vamos a engañar. En los talleres no les compensa ni por el corte -tienen que cortar cada tejido por separado para que encajen los cuadros, las rayas o el dibujo que tenga- ni por la confección, porque tienen que estar cambiando el hilo de color de la máquina. A la hora de hacer las fotos, pagas por unas imágenes que, si tienes cuatro unidades de la prenda y las vendes rápido, van a tener una vida útil muy corta. Está también todo el trabajo de la web, la ficha del producto, la comunicación, la publicidad en redes… Aunque también es verdad que cuando empiezas es mejor ir poco a poco y no cargarte de stock. Para eso, las ediciones limitadas son un punto a favor.

P-. ¿Cuál es el producto estrella de Vest?
R-. Diría que la chaqueta Charlotte. Me ha dado muchas alegrías. Charlotte me ayudó a confiar en mí y en mi producto ya que ha sido con diferencia lo que mejor he vendido a pesar de ser el producto más caro hasta el momento. Es muy especial y me encanta cómo ha gustado a gente con estilos muy diferentes. Lo de que se le quiten las mangas es la pera y superversátil.

P-. ¿Y tu favorito?
R-. No os lo vais a creer, pero es el lanzamiento que acabo de hacer apenas unos días atrás. Se trata de una gabardina y se llama Greta. ¡Esta coincidencia solo puede traer cosas buenas!

P-. ¿Cómo definirías tu marca en tres palabras?
R-. Calidad, originalidad y cercanía.

P-. Y para terminar… ¿qué libro estás leyendo?
R-. Me acabo de terminar La moda justa de Marta D. Riezu que me ha encantado y con el que he aprendido un montón. Y ahora estoy con dos, Nunca te pares de Phil Knight y Mujeres conscientes de Agustina Echegoyen.