De Asturias a Cádiz con parada en Cantabria, Alicante y Baleares, estos son seis restaurantes con vistas al mar (chiringuito incluido) donde además de disfrutar del paisaje al otro lado de la ventana se puede degustar la mejor cocina de mercado.
Pensando en planes a pedir de boca para el verano (aunque en Greta disfrutamos de la gastronomía en cualquier estación del año, para qué te vamos a engañar), hemos preparado una selección de restaurantes con vistas al mar sin movernos de España que bien merecen un viaje en sí mismos.
Todos tienen en común una carta en la que prima la cocina de mercado, un servicio atento, vistas con atardeceres garantizados y cuidado en los detalles. Nosotras los proponemos y tú decides con cuál te quedas. Bon appétit!
VILLA BANDIDA
Esta es la historia de tres amigos (Lucas Gisbert, Stephan Fremeijer y Víctor López Caselles) que decidieron adentrarse en el terreno gastronómico por diversión, haciéndose cargo del restaurante familiar que había heredado Fremeijer. Lo llamaron Cala Bandida. Diez años después, están de celebración porque su buen hacer les ha llevado a crecer hasta contar con tres restaurantes (Cala Bandida, La Bandideta y Villa Bandida) repartidos entre Xávea y Alicante y un cuarto en camino, Finca Bandida, que abrirán en Madrid junto a la familia Ovejero.
Greta asistió a la fiesta del décimo aniversario que se celebró en Villa Bandida (el espacio más nuevo del grupo, inaugurado en 2022). Además de conocer a los fundadores, pudimos constatar que la cocina mediterránea (que lleva la firma del chef con estrella Michelin Borja Susilla), el personal (joven y muy motivado), la decoración y la ubicación en plena Playa de la Almadraba hacen de este espacio uno de los mejores restaurantes de la costa alicantina.
¿Qué platos podréis degustar con los que se os hará la boca agua? Sin duda el bogavante con patatas y huevo frito campero. Aunque no perdáis de vista la ensaladilla rusa con mayonesa de mejillones, cualquiera de sus arroces, la lubina a la brasa (el restaurante cuenta con horno de leña) y cualquiera de sus entrantes. Eso sí, a Villa Bandida también se puede ir a su barra para probar alguno de los cócteles que preparan mientras disfrutas de la puesta de sol o a bordar un día de playa con su brunch de fin de semana. Si estáis buscando una escapada bandida o veraneáis cerca de Alicante, este restaurante no os va a defraudar.
AYALGA
En Ribadesella hay un palacete. Ese palacete se convirtió en hotel. El hotel abrió un restaurante. El restaurante tiene vistas al Cantábrico. Y del Cantábrico llegan los productos a la cocina de Ayalga, que así se llama el restaurante. Aunque en esta historia nos falta el nombre más importante: el de Marcos Granda, el sumiller y empresario que con seis locales repartidos por nuestra geografía acapara ya cinco estrellas Michelin.
Ayalga es uno de estos seis espacios y como todo lo que propone Granda, es especial por varias razones: Villa Rosario, el hotel-palacete de principios del siglo XX en el que se ubica; la propuesta de alta gastronomía basada en la máxima calidad del producto, de origen local y siempre de temporada; y la hospitalidad del servicio con el chef Israel Moreno al frente y José Manuel Miranda en la sala.
En la mesa, dos menús degustación (desde 85€) donde predomina la tradición asturiana junto a la innovación de la cocina contemporánea, ambos con esencia marinera y acompañados de maridajes (a partir de 40€) pensados al detalle con la mejor selección de vinos realizada personalmente por Granda.
MAREMONDO
También en el norte, aunque esta vez en Cantabria, queremos hablaros del restaurante Maremondo, frente a la playa de El Sardinero de Santander. Los locales lo conocen bien porque lleva abierto desde la década de los 60, aunque entonces se llamaba Rhin. El acogedor espacio, reformado hace unos años, tiene vistas en altura sobre la Primera de El Sardinero -como se conoce a esta franja del arenal- y el Cantábrico. Unas vistas de lujo para una cocina de kilómetro cero sobresaliente.
En su carta, no demasiado larga, prima la calidad del producto: arroces, pescado de la lonja, solomillo de vaca de Cantabria, anchoas de Santoña, almejas finas de Pedreña, ensalada de tomate (de Cantabria, por supuesto)… El ambiente -muy agradable- y la decoración -sin estridencias- completan una experiencia gastronómica notable (y si nos permitís el apunte, dejaos un hueco en el estómago para tomar un helado artesanal de tamaño superlativo en el quiosco Regma que abre justo enfrente).
BEBO LOS VIENTOS
En este ránking no podía faltar un chiringuito (que no sé a vosotras, pero a mí me resuena el estribillo de Georgie Dann cada vez que pronuncio, leo o escribo esta palabra). El de Bebo los Vientos se encuentra en la playa de la Victoria de Cádiz, abierto por el Grupo Arsenio en 2012 frente a su restaurante insignia, Arsenio Manila.
No le falta detalle: sombrillas de carrizo, mesas en la arena, guirnaldas de luces, vegetación exuberante… Vamos, un chiringuito con mucho garbo. ¿Y qué se puede comer en Bebo los Vientos? Cocina fusión saludable (hay muchas ensaladas) aunque no faltan los imprescindibles playeros como el pescaíto frito, los arroces y platos a la brasa. Lo mejor, abre todos los días y durante todo el año.
THE VIEW
Con este nombre está claro que, además de comer bien, vas a tener unas vistas espectaculares. Y es que The View, el restaurante del 7Pines Resort Ibiza, se encuentra encaramado en un acantilado frente al mar Mediterráneo y el islote de Es Vedrà. Su chef, el español Andrés Fernández, ofrece platos de alta cocina distribuidos en una carta y dos menús degustación con maridaje de vinos.
Situado en la escarpada costa oeste de Ibiza, entre Cala Conta y Cala Codola, y formado únicamente por suites, el resort también ofrece otros espacios gastronómicos a tener en cuenta, comandados igualmente por Fernández: Cone Club, un concepto desenfadado con platos para compartir, pescados grandes y DJ amenizando la velada; y el Pershing Yacht Terrace, que ofrece una carta de cócteles y cocina asiática de estilo izakaya (sashimis, tataki, tiraditos, ostras…).
TERANKA
Nos quedamos en las Baleares aunque saltamos ahora a la isla de Formentera para ir directas a la azotea del hotel Teranka. Su Rooftop en la tercera planta, abierto para cócteles y cenas, sobrevuela las copas de los pinos y permite contemplar la playa de Migjorn y sus atardeceres. El chef Sergio Martínez (con dos restaurantes propios en Madrid) es el encargado de preparar el menú de tapas y crudos (inspirado en los años que Martínez pasó en Nobu). Mientras que la carta de cócteles incluye desde los combinados más clásicos hasta el especial de la casa, el Terankini.
En la planta baja, Martínez se une al chef José Doblas en Teranka Garden, un restaurante rodeado de pinos, olivos y arena de playa que ofrece cocina familiar, marinera, viajada, sencilla y sofisticada: desde cecina de Wagyu hasta buñuelos de patatas bravas, risotto de orzo con carabineros, chipirones a la bruta (plato originario de Formentera) al que han añadido una pasta mezzi paccheri que se asemeja a los típicos calamares a la bruta.