Matarraña: hogar, paisaje e identidad de la cosmética ecológica

Entrevista
PATRICIA OSUNA
diciembre 6, 2024

Emprender en un entorno rural y natural privilegiado −la comarca turolense del Matarraña− ha sido todo un regalo para Evelyn Celma, fundadora de la marca de cosmética ecológica Matarrania. Hoy conversamos con ella para conocer más sobre los inicios de su firma, retos, productos estrella… ¡y gustos lectores!

Antes de recalar en la cosmética ecológica y entregarse con sensibilidad e intuición a su firma Matarrania, esta barcelonesa −ambientóloga de formación «y corazón»− trabajó como consultora en comunicación ambiental, fue guía de un castillo medieval, monitora, camarera y recolectora de fruta.

Para Evelyn Celma, emprender en el medio rural fue un regalo, no solo por la calidad de vida que acompaña a la emprendedora sino «por las oportunidades inexploradas de nuestro entorno rural». Para ponernos en contexto, hagamos un paréntesis y expliquemos que la comarca del Matarraña se sitúa al noroeste de la provincia de Teruel, está bañada por varios ríos −entre ellos el Matarraña, que le da nombre− y la integran 18 poblaciones con menos de 10.000 habitantes en su conjunto.

En una de ellas, Peñarroya de Tastavins, es donde abre sus puertas la empresa de Celma. Tardó dos años en ponerla en marcha («los dos para papeles y sacar licencias», aclara) y de aquellos inicios apenas tiene consejos en la recámara para otras emprendedoras como ella. «Cada una es como es, con su mochila, sus sueños y sus aprendizajes, así que casi sólo les diría que sigan a su corazón».

La simbiosis entre la comarca y la firma de Celma es total. Del Matarraña se extrae el AOVE (aceite de oliva virgen extra) que identifica y nutre su cosmética, muchas plantas con las que elaboran sus productos, la inspiración en las fórmulas ancestrales para el cuidado de la piel «y las maravillosas mujeres que forman el equipo de Matarrania. Es nuestro hogar, nuestro paisaje, nuestra identidad».

Porque Matarrania cuenta con laboratorio propio, lo que contribuye como empresa a reforzar el tejido que permite «mantener vivos los pueblos, mantener viva la cultura popular y mantener vivo el cuidado del paisaje. Hemos dinamizado la economía local y cada día damos ejemplo de cómo se puede crear prosperidad desde el cuidado de las personas y del planeta», afirma Celma.

En Matarrania les gusta compartir «lo que sabemos y hacemos». Por eso su laboratorio está abierto a visitas por las tardes y durante los fines de semana, «que es cuando no estamos trabajando». A las personas interesadas −tanto clientes de la marca como turistas que están explorando el Matarraña, han oído hablar de sus productos y tienen interés en cuidar su piel (y la de su familia) de forma natural−, el equipo de Evelyn Celma les muestra las instalaciones, el proceso de elaboración, los ingredientes y el resultado final: un catálogo con más de 40 productos que pueden tocar, oler, sentir y escoger −«con el consejo sabio de Ester»−, para el cuidado de su piel.

MATERNIDAD Y EMPRENDIMIENTO

Como otras muchas emprendedoras, Celma se ha enfrentado a varios retos desde que inició esta andadura. Uno de ellos, compaginar su faceta de empresaria con la maternidad. Y tuvo muy claro que había que ponerse seria con los límites. «A la empresa le dedicaba dos horas al día cuando mis niños eran bebés, y cuatro horas cuando fueron al cole. Eso significa un crecimiento muy lento, pero una maternidad presente y maravillosa. Sigo con esa media jornada».

También ha tenido que «superar mis miedos, traspasar mis creencias limitantes, aprender a ponerme a un lado, confiar… Fíjate, casi todas barreras emocionales. Estoy segura que muchas otras emprendedoras coincidirán conmigo».

Como principal desafío, tiene claro que en el medio rural el target de clientes es mucho menor y con un perfil distinto al urbano, pero en el mundo de hoy «llegamos a cualquier rincón» desde el lugar más pequeño y lejano.

En un sector como la cosmética, donde la competencia es feroz, Celma reivindica la educación para apreciar los productos con etiqueta bio, natural y ecológica. Todo depende de la «conexión que tengas contigo misma, de tus valores, del amor a la naturaleza, de la coherencia, la compasión… Si todo eso está en tu vida, buscas bio».

Su mejor aval: generaciones que durante siglos han cuidado su salud con ingredientes de la naturaleza. «La cosmética convencional es la nueva, nació a principios del 1900. La natural, la original, lleva miles de años demostrando su eficacia».

Entre sus productos estrella Celma destaca los protectores solares minerales, el contorno de ojos supernutritivo -que las lectoras de Greta han podido probar con su envío de noviembre- y el maravilloso tónico de rosas. A ella le gustan todos, aunque si tuviera que quedarse con uno, reconoce que «el serum regenerador me acompaña siempre».

Acaban de lanzar Eterna, una nueva gama para el cuidado de la piel madura («o piel vivida, como nos gusta decir en Matarrania»), con seis productos increíbles y 26 principios activos. Naturaleza concentrada sobre la piel. Y por supuesto, ya están trabajando en nuevos productos con la mirada puesta en 2026.