Hay marcas que no necesitan presentación y Lalique es una de ellas. Su nombre evoca sofisticación, lujo, art noveau, delicadeza y artesanía. Tras más de cien años como referente del diseño en cristal, la firma de origen francés ha entrado en el siglo XXI ampliando sus horizontes y apostando por el lujo más allá de la decoración, con tres hoteles y varios restaurantes de alta gastronomía. Hoy nos asomamos a este universo de cristal en el que ya brillan varias estrellas Michelin.
Lalique es al cristal lo que el chic al francés: son conceptos indisociables, cómplices y universales. La marca francesa fundada por René Lalique a finales del siglo XIX cuenta con piezas míticas de cristal expuestas en más de cuarenta museos de todo el mundo, incluido el Museo de Artes Decorativas de París, el Museo Calouste Gulbenkian de Lisboa, el Victoria and Albert Museum de Londres y el Museo Lalique de Hakone, en Japón.
Un universo delicado y exclusivo que desde 2008 preside el magnate suizo Silvio Denz, amante de los famosos frascos de perfume de la casa francesa. Pero aunque la maison ha cambiado de propietarios, las técnicas artesanas se han mantenido intactas: el cristal se sigue trabajando a mano en la fábrica alsaciana de Wingen-sur-Moder con la misma técnica de lijado y pulido que desde los comienzos de la marca confiere a cada pieza un acabado satinado único.
LALIQUE: EL ORIGEN
René Lalique, fundador de la compañía en 1888, fue todo un maestro del vidrio de los movimientos Art Nouveau y Art Déco: diseñó, entre otros, los vagones Pullman del mítico tren Orient Express y el comedor de primera clase del transatlántico de lujo Normandie. También son suyas las puertas de vidrio del palacio del príncipe japonés Asaka Yasuhiko, expuestas hoy en el Metropolitan Teien Art Museum de Tokio.
La creatividad de René Lalique no conocía límites. De su primer taller de Combs-La Ville salieron infinidad de cuencos, jarrones (como el Bacchantes, alegoría de las jóvenes sacerdotisas de Baco diseñado en 1927 y unas de las piezas estrella de la marca a día de hoy), estatuillas y frascos de perfume. Sus piezas eran inconfundibles.
Fue su hijo Marc quien cambió el vidrio por el cristal en 1945 tras rehabilitar la fábrica de Wingen-sur-Moder (Alsacia), dañada durante la Segunda Guerra Mundial. Tras su fallecimiento, a Marc le sucedería en 1977 su hija Marie Claude Lalique, tercera generación de artistas de la familia y que se mantendría al frente hasta 1996.
UNIVERSO DE ESTRELLAS MICHELIN
A finales de los años 90 la compañía, ya en manos de un grupo empresarial, entró en barrena y sus piezas dejaron de ser unas de las más codiciadas. Hasta que en 2008 el magnate suizo Silvio Denz decidió revitalizar la firma y devolverle su prestigio original. Como nuevo presidente y director de Lalique, Denz invirtió una suma de 15 millones de euros para renovar las instalaciones de la fábrica, entre ellas un nuevo horno de fundición de última generación y la creación de un gran taller donde se volviera a aplicar la técnica de la «cera perdida», utilizada por el propio René Lalique hasta 1930 y que consiste en emplear moldes de escayola de un solo uso en lugar de moldes de fundición.
Hoy en la fábrica alsaciana de Wingen-sur-Moder trabajan alrededor de 250 hombres y mujeres, incluidos siete Meilleurs Ouvriers de Francia, que combinan su talento y pasión para producir piezas excepcionales de joyería, perfumería, arte, decoración… en colaboración con artistas, arquitectos y diseñadores de renombre internacional como Damien Hirst, Mario Botta, Arik Levy o James Suckling.
En 2011, la creación de la línea de mobiliario Lalique Maison, auspiciada por Lady Tina Green y Pietro Mingarelli, se unió al universo de estilo de vida de la compañía. Pero la expansión no se detuvo ahí y Denz decidió entrar a lo grande en el sector de la hostelería con varios hoteles de lujo y restaurantes de alta gastronomía.
HOTELES Y RESTAURANTES LALIQUE
El primer hotel de cinco estrellas de Lalique se inauguró en 2015 en Wingen-sur-Moder. Se trata de Villa René Lalique, la mansión de hechuras alsacianas que el fundador de la compañía mandó construir en 1920 y que, tras ser rehabilitada, ofrece seis suites de lujo y un restaurante con dos estrellas Michelin. También en Wingen-sur-Moder, justo enfrente del Museo Lalique, abre sus puertas el Château Hochberg. De cuatro estrellas, esta magnífica propiedad de finales del siglo XIX fue la residencia de la familia Teutsch, dueña del emporio del cristal Hochberg desde 1715 hasta 1868. Cuenta con 15 habitaciones decoradas en un estilo funcional y moderno, con líneas depuradas, tonos claros y, por supuesto, piezas de Lalique repartidas por todas las estancias.
Desde ambos alojamientos se pueden realizar numerosas excursiones por la zona, además de visitar el citado Museo Lalique, ubicado en las antiguas fábricas de cristal Hochberg y que exhibe más de 600 piezas de la maison. Aunque René Lalique se estableció en Wingen en 1921, nunca produjo en estas instalaciones. Pero dada la tradición vidriera de esta región (que se remonta a finales de la Edad Media) y al papel destacado que tuvo la familia Hochberg en la misma, Denz decidió reformar su antigua fábrica de cristal -devenida en granja en las últimas décadas- para exponer la historia de Lalique al público.
Cristal, lujo, gastronomía… y vino. En Sauternes, en el corazón de Burdeos, Lalique cuenta con su tercer hotel, un espléndido cinco estrellas rodeado de viñedos y restaurante con dos estrellas Michelin. Se trata del Château Lafaurie-Peyraguey (arriba en la imagen), una construcción con más de cuatro siglos de historia en la que el equipo de Lalique Maison y el arquitecto Mario Botta invirtieron cuatro años para devolverle su esplendor de villa fortificada.
Y de Francia, a Gran Bretaña. Para completar su catálogo, en 2021 Lalique abrió un restaurante en el corazón de la destilería (en funcionamiento) más antigua de Escocia, Glenturret. Situado al norte de Edimburgo y con una estrella Michelin, The Glenturret Lalique Restaurant está comandado por el joven chef Mark Donald. La visita, tanto a la destilería como al restaurante, ha sido reconocida como la Mejor experiencia turística del Norte de Europa por los World Luxury Travel Awards. Quizá tenga algo que ver que ninguna otra destilería de whisky escocés acoge actualmente un restaurante gourmet.
LALIQUE EN MADRID
Quien desee acercarse al delicado universo Lalique sin moverse de España puede hacerlo hasta el 29 de noviembre en The Knot Madrid, un pop-up que muestra piezas de la maison dignas de museo, tanto históricas como de la última colección: Empreinte Animale es un homenaje a la vida salvaje con piezas inspiradas en serpientes, cocodrilos, búhos y otros animales poderosos.
El espacio madrileño exhibe además el jarrón Bacchantes diseñado por René Lalique en 1927; la escultura de pantera Zeila, diseñada por Marie-Claude Lalique en 1989; la colección de bar más vendida, 100 Points, creada en colaboración con el aclamado crítico de vinos James Suckling; la elegante escultura Lévrier; piezas de interiorismo como la mesa Cactus (en la imagen), firmada por Marc Lalique en 1951; o la lámpara Orgue, diseñada en colaboración con el reconocido estudio de interiorismo francés Putman.
A partir del 30 de noviembre y una vez que finalice este pop-up único, algunas piezas de Lalique cuidadosamente seleccionadas podrán adquirirse en Christofle (Jorge Juan, 4), único punto de venta de la firma francesa en nuestro país.
| Más información: Exposición Lalique en The Knot Madrid (Claudio Coello, 28. 1ª planta). Abierto solo con cita previa de lunes a viernes en el teléfono 600 50 87 07.